
Las altas temperaturas del verano hacen que durante esta época del año aumenten los casos de deshidratación, especialmente en niños y ancianos. La deshidratación es el estado resultante de una pérdida excesiva de agua del organismo, asociada a una exposición prolongada a ambientes calurosos o a los rayos del sol en temporadas de mayor calor. Esta pérdida de agua se acompaña de la pérdida de sales minerales como el sodio, el potasio, el bicarbonato de calcio y el fosfato.
Algunos de los síntomas de este padecimiento son la piel seca, fatiga, aturdimiento, mareo, confusión, aumento en el ritmo cardíaco y respiratorio, boca y mucosas secas y por supuesto sed.
Es muy importante que durante esta temporada de calor se tomen las precauciones necesarias para no sufrir de deshidratación. Una de las formas de prevenirla es bebiendo abundantes líquidos -por ejemplo, agua o bebidas deportivas- sobre todo cuando se está en exposición al sol.
¿Cómo prevenir la deshidratación?
Algunas de las medidas de precaución son:
- Evitar la exposición prolongada a los rayos solares, sobre todo en horas de mayor calor (entre la 1:00 y las 3:00 de la tarde).
- Si sus actividades laborales no le permiten resguardarse del sol, procure el uso de alguna gorra o sombrero que le proteja de la exposición directa.
- Beber más líquidos de los que normalmente ingiere en otras épocas del año menos calurosas, es importante tener en cuenta que se pierden más líquidos de los que se ingieren.
- Si se encuentra realizando algún tipo de actividad física, realice pequeñas pausas que permitan a su cuerpo reducir su temperatura; aproveche las pausas también para ingerir líquidos.
- Esté atento a la sensación de sed, pues es la manera en que el cuerpo nos avisa que necesita líquidos de manera inmediata.
- Opte por usar vestimenta holgada y de colores claros; los colores oscuros absorben el calor y favorecerán las condiciones para padecer deshidratación.
- Aunque se recomienda la ingesta de líquidos, deben evitarse las bebidas alcohólicas, azucaradas e infusiones calientes.
Si una persona presenta síntomas de deshidratación, es decir, la piel está pálida y húmeda, la sudoración es profusa, el pulso débil y la respiración superficial, pero las pupilas y la temperatura corporal son normales, se recomienda actuar como en un caso de hipotensión. Hay que acostarla con las piernas levantadas y darle de beber líquidos poco a poco, por ejemplo, agua con un poco de sal y azúcar, o alguna bebida isotónica.
Fuente: Medical Assistant