
No existe una interpretación única sobre la “caducidad” de los cascos y gorras de seguridad. En términos legales, no están especificados requisitos concretos respecto a este aspecto.
Por ello, los cascos de seguridad utilizados en construcción requieren de revisiones y tienen una “caducidad”, establecida por el fabricante, para un uso en condiciones normales que ronda entre los cuatro y los ocho años. No debemos olvidar que pueden sucederse independientemente de la caducidad cualquier tipo de deterioro grave provocado por diferentes factores:
- Exposición a sol intenso
- Exposición prolongada a pequeñas contusiones o sufrimiento de algún golpe grande
- Maltrato o desconocimiento del uso del casco
- Caídas desde grandes alturas
- Caída de alguna herramienta sobre el mismo
En este caso (deterioro grave por algún motivo), es necesario descartar el casco de protección por motivos de seguridad. Aún cuando no haya pasado su fecha de caducidad o tiempo estimado de vida útil. Los cascos destinados a proteger la cabeza de los operarios, más conocidos como “cascos de obra” o “cascos de seguridad en construcción”, que también son utilizados para laboratorios, industrias, fábricas,… o cualquier tipo de empresa o centro de trabajo donde el trabajador se encuentre expuesto, realice una labor de riesgo, subido a una estructura, etc.
MANTENIMIENTO DEL CASCO DE PROTECCIÓN
Los cascos de seguridad deben almacenarse en el embalaje original, evitando la incidencia directa de la luz solar. El almacenamiento puede producirse por un periodo superior a los 5 años, pero esto irá mermando su tiempo de uso. Es decir, si el casco es almacenado durante 7 años, en el momento de su uso tendrá una vida útil de 3 años.
Para el mantenimiento de los cascos de seguridad, se recomienda que sean limpiados por nosotros mismos. Siempre prestando atención en posibles golpes, fisuras o cualquier desperfecto. No es necesario mojar completamente el paño con el que vayamos a limpiar nuestro equipo, con que pasemos un paño húmedo por el casco es suficiente.
El interior de los cascos de protección es desmontable. Por tanto, podemos desarmarlo para su limpieza. No se debe pasar por alto que, con el tiempo, el barboquejo, las cintas interiores, el atalaje y la banda frontal pueden provocar arañazos y la falta de higiene puede producir picores, irritación, infección en los ojos, etc. perjudicando la salud del usuario.